Este es un relato personal y en clave de humor de mi relación con Twitter.
Pero volvamos a mí experiencia personal. Si algo he aprendido de Twitter es el respeto por las personas, de mis (casi) 700 seguidores (todos encantadores) nunca he leído un mensaje despectivo, ni arrogante, ni peyorativo, ni xenófobo, todo es educación y sentido del humor. Si profundizamos en la mecánica de Twitter encontramos diferentes acciones de interés social. Los viernes, como el que toma las cervezas con los amigos, se hacen los #FF (Follow Friday) es una acción tan noble como recomendar al resto de usuarios un seguidor tuyo que merece la pena, fantástico!!!! Luego tenemos a nuestro amigo el RETweet, encuentras algo digno de mención? pues lo RETwitteas y se enteran tus amiguetes, chapeau!!! luego están los #hashtags, aquí ya la cosa se complica, se trata de algo así como una palabra clave, tu pones #soywapoyque precedido por almohadilla y todo lo que contenga esa palabra clave sale referenciado en una lista (más o menos). Y por último (algo que me encanta) están los saludos matutinos, son como la trempera masculina: van a más, jajaja.
A día de hoy Twitter ya forma parte de mi vida cotidiana, en él tengo buenos amigos, de esos que no me fallan, sí, son virtuales, pero también personas. Además en contra de lo que la gente piensa (ignorantes) Twitter es una fuente de información y una fábrica de hacer amigos. Twitter para mí lo es todo: mi amigo, mi amante, mi esposo. Todos los twitteros tenéis un rincón de mí corazón reservado para vosotros, sois cojonudos, mi segunda familia, mis princesas, mis caballeros, mi fuente de inspiración y mi psicólogo, sois únicos, gente creativa en potencia, mis amantes en horas bajas, mis amigos en momentos de euforia, compañeros de profesión y de los ya casi clásicos 140 caracteres.
Esto es Twitter para mí. Gracias Twitter por ser como eres. Va por vosotros maestros!!!