Está claro que si sacas a un animal de su entorno se convierte en algo insignificante (en el caso de los más fieros) y más si pretendes humanizarlos. Pero la desubicación de estos entrañables bichos le da un giro creativo a estas fotos, un punto diferente, algo que en su hábitat natural no llamaría la atención bajo ningún concepto. He aquí la grandeza de estas instantáneas, que sin tener nada en especial, son mágicas. Éste es el ejercicio surrealista que ha realizado el fotógrafo Vasco Mikel Uribetxeberria que ha sido capaz de plantar un lobo en plena estación de tren, por ejemplo. Post patrocinado por Tolo Lliteras, gracias amigo.
Interesante! Saludos
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